Hola!! Bienvenidos! Estoy deseando ver fotos de esa manada.

Lo que ha hecho tu gato, es lo más normal del mundo. Y se va a repetir en muuuuchas ocasiones. Al igual que un perro gruñe y amaga mordisco para marcar límites, los gatos bufan y pegan zarpazos (dependiendo de la situación, puede ser con o sin uñas). Es lo que deben hacer. Pero eso no quita que nosotros, no debamos tomar precauciones.
Para empezar, el primer contacto debe ser con medidas de seguridad. Lo ideal es que antes de la llegada, se les enseñe a los inquilinos juguetes/prendas con el olor del nuevo miembro. Aunque a veces esto no es posible. Una vez en casa, las cosas se deben hacer con muuucha calma. Los gatos son muy protectores con su territorio y no toleran bien los cambios bruscos. De hecho, es frecuente que acaben con lamidos excesivos (hasta llegar a arrancarse la piel), marcaje con pis y caca, arañar todo lo que encuentran... si no vamos con cuidado. Por ello, siempre aconsejo que se presenten a través de una puerta cerrada o con el recién llegado en un transportin. Así los gatos se pueden acercar sin que los molesten. Mientras tanto, mucha tranquilidad en casa, hablarles con tonos bajos y suaves y muchas chuches para todos!! Yo reservé las favoritas de los míos para ese momento.

Aunque la mayoría de la gente piensa que a quien hay que favorecer es al nuevo miembro, es todo lo contrario. Los gatos estaban antes y hay que respetarlos. Deben tener una zona sólo para ellos donde estén sus cosas (camas, comederos, areneros....) o al menos, que estén en alto y la peque no pueda molestarlos. También necesitan tiempo en exclusiva y el doble de mimos que antes. Pasados unos días (aquí varía en cada caso e incluso en cada miembro de la manada, por eso debéis prestar atención a sus mensajes e ir adaptandoos según la situación), aprovechad los momentos tranquilos mientras la peque duerme en vuestro regazo, está distraída, etc. para dejar acceso a los gatos a esa habitación. Que sean ellos los que decidan cuando y como entrar. Y sobre todo, que tengan zonas a las que subirse para inspeccionar sin "peligro". (Nosotros ya sabemos que la cachorra no es un peligro muy grande, pero ellos no

).
Por otro lado, podéis ir acostumbrando a la peque al collar y después a la correa. Os será muy útil para evitar que los persiga y los acorrale. Ahí es donde reside el peligro. Lo normal es que les peguen zarpazos en "zonas blandas" o que lo hagan sin uñas, pero más de un accidente ha habido con las uñas del gato y los ojos del perro. Recompensad mucho cuando esté tranquila con ellos y evitad regañar a los gatos por marcarle los límites. Eso sólo hará que se enfaden más con la recién llegada. A vuestro favor juega la edad de los peques, pero también en vuestra contra. Son cachorros y como tal, todavía les cuesta controlarse y saber como actuar según que situaciones. Tenéis a una bolita de pelo alocada y a unos machotes con mucho músculo pero poco cerebro.

Ánimo! Es un proceso largo, pero al final conviven sin problemas. Algunos llegarán a dormir juntos y darse mimos, otros se confirmaran con coexistir. Eso es cosa de ellos. Nosotros sólo estamos ahí para dar muchos mimos a todos e intervenir cuando la cosa se desmadra.
